
La industria editorial que se preocupe por publicar obras de calidad para la sociedad, recibirá sustento económico, además de brindar los instrumentos necesarios a sus lectores para elevar el nivel educativo. Sin embargo, para la fabricación de un libro es indispensable tomar en cuenta, el costo del papel, la maquinaria, los permisos de importación, para que éste logre el debido crecimiento.
Dependiendo de la situación económica del país y del lugar que ocupa la lectura de libros en las necesidades del individuo, se llevarán a cabo proyectos que contemplen la existencia numerosa o escasa de obras impresas.
Cuando la escasez de dinero es un factor importante en el desarrollo de la industria editorial, una de las soluciones más propicias es llevar a cabo una especie de proyecto colectivo entre países, ejemplo de ello, fue la UNESCO cuando impulsó la publicación de textos escolares en francés en países como Camerún, Gabón, Zaire, República Centroafricana y el Chad.
Detrás de estos proyectos existe toda una organización en cuanto a la creación, impresión, edición y venta de libros. Si bien, los libros pareciesen ser un trabajo fácil, sus hojas esconden al autor, al impresor, al vendedor, y pos supuesto al editor.
El primero es aquél que desea transmitir sus ideas, y pretende hacerlo a través de un medio impreso, tomando en cuenta que la posibilidad de obtener ganancias por su trabajo, está sobre la mesa.
Este debe tomar en cuenta que su trabajo va a pasar a manos de un editor, el cual encontrará la manera más adecuada de posicionar su libro en el mercado. Es decir que éste dará sugerencias y visiones sobre la obra, si es necesario corregirá el estilo, además que mantendrá la coordinación general de la empresa editorial.
Es el editor quién contrata a los dibujantes, traductores y demás especialistas en temas diversos. Su materia prima es la comunicación, la creación de nuevas obras y tener conocimiento de nuevas corrientes literarias, así como la posesión de una cultura amplía.
Por último, el impresor, como su nombre lo dice es el que hace el libro, a su cargo está la impresión de las hojas, la composición tipográfica, la encuadernación y más. Es quien lleva a cabo la materialización del libro.
Por supuesto, la impresión del libro, conlleva una seguridad de ganancias, pues aunque el libro no se venda, las copias del texto se pagan. A pesar de esta certeza en la recuperación de dicha inversión, la responsabilidad del tiraje completo junto con una excelente calidad van de la mano con quienes fabrican el material.
El vendedor recibe el libro ya terminado, comprándolo a un menor precio de lo que tendrá ya en estantería. Lo que considera tanto el vendedor como el editor, son las posibilidades de incrementar las ventas y la expansión de los libros.
Tomar en cuenta que detrás de una página, hay esmero por hacer crecer a tus lectores, junto con la idea de generar ganancias, y el sueño de escribir para todo aquél que quiera leerte, es interesante saberlo, pero es de mayor importancia saber lo que generas en el otro.
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